La aplicación de drones en la ganadería extensiva ha demostrado ser un recurso valioso. Gracias a la termografía, los drones pueden localizar animales incluso en condiciones de niebla o bajo la cobertura arbórea, y junto con la localización GPS, se han convertido en un componente esencial de la ganadería moderna. Sin embargo, existen ciertos desafíos a considerar:
El primero es el manejo del dron en sí, ya que requiere habilidad y experiencia para evitar asustar a los animales. La recepción de datos puede ser problemática en áreas remotas debido a la falta de una buena cobertura para la transmisión inalámbrica. Es necesario demostrar los beneficios de su implementación para que los ganaderos puedan evaluar su utilidad antes de invertir en esta tecnología. Según los datos disponibles, desde principios del 2000, la ganadería en nuestro país ha disminuido casi un 40%, y en lugares como Aragón, por ejemplo, han desaparecido más de 800.000 ovejas. Esto se debe a la orografía del terreno y a la falta de rentabilidad de algunas explotaciones.
Las explotaciones más extensas suelen tener una continuidad más frágil debido a las difíciles condiciones de trabajo y a la falta de relevo generacional.
Por lo tanto, es esencial desarrollar tecnologías de bajo coste que mejoren la calidad de vida de los profesionales del sector ganadero y, al mismo tiempo, garanticen la viabilidad de la ganadería extensiva. La profesión de pastor ha evolucionado hasta alcanzar niveles nunca antes imaginados gracias a tecnologías como los drones, los ojos en el cielo de la España rural.
¿Hasta dónde llegarán los drones en el futuro? Solo el tiempo lo dirá.
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